«La búsqueda de reconocimiento» está siempre presente en la sensación de baja autoestima.
El querer ser alguien especial funciona como una orden interiorizada que te condena y mortifica, bajo el lema: «Ser lx mejor o no me vale».
El estar todo el tiempo buscando señales que reafirmen y confirmen la excelencia de tu imagen, el «como te ven» puede ser fuente de ansiedad e inhibiciones.
¿Que son estas inhibiciones? «No te dejas fluir, no puedes mostrar lo que realmente eres».
No encuentras las palabras adecuadas, te bloqueas, hasta puedes sentir que tartamudeas.
Quien está en el lugar de confirmación o reconocimiento? puede ser cualquiera al que se le asigna un lugar de autoridad, de juzgar. Le instituyes un lugar de jerarquía, de saber.
Los mejores no deja de ser una ilusión sostenida en los espacios muy competitivos, ilusión que no tiene garantizada su permanencia en el tiempo.
Le asignas a los otros de la alteridad (que parecen ostentar los atributos que anhelas para ti) el lugar de juez con poder de conmiseración.
Cuando no media el reconocimiento de ese Otro (trabajo, universidad, familia, pareja), el punto fijo del malestar permanente es la inseguridad.
Que es vista como motor de padecimiento.
Le llaman baja autoestima.
Las escenas de inseguridad, miedo y angustia, pueden estar velando el juego de rivalidad y poder.
El sentirse no reconocido puede hacer que el otro sea vivido como el culpable de todos los males y angustias.
M. es una joven que trabaja en una empresa muy creativa, con buen rollo, para la que no hay horario.
Comienza su relato por un :»tengo la sensación constante de que me van a echar…de fallarle a mi jefa…va a pensar que no valgo para estar ahí, como si le debiese algo…no la quiero decepcionar.
«Ser la mejor o no me vale»
Sumergida en los mandatos familiares «tu puedes con todo» y «hasta el final», llega a la consulta con mucha ansiedad y deseo de sostener ese trabajo pero desde otra posición que le permita estar más distendida y relajada.
«Nuevas formas de esclavitud sometidas a la eficiencia. Todo se vuelve imbuido de resultados. Esta aceleración de la vida ha hecho del hombre un adicto a cualquier sustancia, a toda sustancia que acelere el movimiento de la acción y ofrezca la ilusión de dominio.» Zambrini-Frydman 2016
En una subjetividad obsesionada, las ideas recurrentes expresan inhibición:
«No se quien tengo que ser».
«No se como tengo que actuar».
«Temo dar una imagen que no es…una imagen inadecuada en función de lo que diga o haga».
Estas ideas están basadas en la dupla verdad-error.
Responden a la creencia de que hay un camino/destino prefijado, que hay que conocer de antemano.
Responden a la idea de que hay una verdad única y una esencia a cumplir.
«Ser perfecta/o».
En una subjetividad obsesionada, lo inesperado sera ocasión para llenarse de culpa y quedar detenido en un pensamiento circular, rumiante y estéril.
El yo obsesionado al creer que cada decisión responde a un posible pre-establecido, titubea y se inhibe, quedando atrapado en ideas de control y
sobre-organización, como modo de conjurar el azar y el caos.
En una subjetividad obsesionada el tiempo continuo se fragmenta y en cada recorte se va la vida.
Cuando se fragmenta el tiempo, cada decisión es un resultado final.
El yo obsesionado no puede ver el devenir, donde toda decisión es tan solo un movimiento y ninguna es definitiva.
Te ayudamos a salir de tus propias capturas y dejar fluir las fuerzas creativas de la potencia-deseo.
¡Vayámonos, entonces del teatro de los solitarios!
menos que amar a otro para darle sentido a la vida,
amar en el otro a la vida. Zambrini-Frydman
La incertidumbre a venido para quedarse
La gestión individual de tus emociones resulta un contrasentido
Sientes que es casi una exigencia inútil
El afuera se ha instalado como un pliegue en el adentro y el temor parece reforzarse
Tratar la sintomatología psicosomática implica hacer la historia de nuestros síntomas.
¿Desde cuándo? ¿Con quién o quienes? ¿Frente a que situaciones?
Proporcionarles una trama vital, encontrar sus resonancias en la experiencia vivida,otorgarle voz.
Ciertos automatismos que no dominamos y frente a los cuales no tenemos respuesta necesitan de su disolución.
«El Tienes Que» es tu lema.
Interiorizas tu propio censor en el ejercicio de una autocrítica permanente.
«Por no dar la talla, por no rendir todo lo que puedes».
La afección culposa se instala y reproduce el conflicto a «Todo o Nada».
«Tengo que estar cien por cien y dar todo de mi».
A priori no parece un enunciado negativo, pero cuando se transforma en juicio, te inhabilita e inhibe.
«El mejor o nada».
El conflicto no se resuelve en los binarismos y las oposiciones; toda una lógica de pensamiento.
Lo uno o lo otro que recrean las dinámicas de la guerra, ganadores y perdedores. Frente a tu censor siempre pierdes.
Hay salidas componibles y construcción de desvíos.
El tiempo libre ha sido para muchos un tema de estrés durante el confinamiento. La política de rendimiento se te ha encarnado.
Una vida tiene sentido, si la liberamos de rencores, juicios y culpas (no responsabilidad).
Toda subjetividad es un efecto de mundo.
¿Los síntomas que se agudizaron durante el confinamiento o se presentaron en la des-escalada están asociados necesariamente
al temor por contraer el virus?
Cuando creías que lo tenías todo controlado…El shock, las distancias, el contagio, la muerte, el encierro.
El quedarnos en casa o donde estuviésemos.
¡Vivíamos acelerados y no se podía parar! Tiempos de sostener la ambigüedad y tranquilizarse.
¿Parar te obligó a pensar/reflexionar en las cosas que verdaderamente te importan?
Un pensamiento al que llamas «negativo»puede ser la llave que abre la puerta a un paisaje diferente.
Tal vez lo que te asusta es volver a la «normalidad», después de lo que has visto/sentido.
Identificar lo que no quieres en tu vida puede ser un acto creativo y sanador.
Un síntoma de orden psicológico (ansiedad) puede ser similar de una persona a la otra, las condiciones de posibilidad para que se instale y permanezca no son las mismas de una persona a otra.
El qué es, nos lleva al que nos pasa.
Y el que nos pasa, al como.
Es un trabajo singular y creativo al interior de la terapia.
La pérdida de un ser querido puede ser motivo de una profunda tristeza y parálisis.
-Las circunstancias en las que haya ocurrido.
-El tiempo transcurrido hasta el deceso.
-La relación de dependencia física, psíquica, afectiva y/o material con la persona fallecida.
La experiencia nos dice que no es posible generalizar.
En ciertos casos, durante el trascurso de un año o dos todavía encontramos la presencia de ciertos síntomas que pueden ser considerados normales.
No debiera ser solo el tiempo transcurrido el único indicador para considerar la consulta.
La intención no es relatar el argumento de la película, sino el de ejemplificar un proceso de duelo en donde el amor gana terreno a la culpa.
En Azul,título que representa la libertad, uno de los colores de la bandera francesa y que forma parte de una trilogía. La protagonista sobrevive al accidente donde muere su esposo y su hija.
Azul también es el color que evoca a su pequeña hija y la acompaña en el proceso de liberación de su dolor.
Desde el inicio de la trama encontramos en esta mujer pequeños signos en los que detectamos que necesita sentirse viva.
El personaje encarna la figura de la generosidad, pretende desprenderse de todo lo que pertenecía a la vida que antecede al accidente.
Pero no puede, no se puede habitar la nada.
La música no la deja, permanece en su cuerpo, en su mente.
La música no es una propiedad.
Es amor,es un don, es su vida y no lo sabe.
Se deja ayudar, pide ayuda en las nuevas relaciones que va entablando.
Puede deconstruir la relación generosa con el héroe músico, compositor famoso (esposo), en lugar de olvidarle.
Hacerse un lugar sin él, es decir, sin el nombre de autor y habitar la composición creación con la libertad que se otorga.
Tres colores:Azul (1993)película que protagoniza Juliette Binoche del director Krzysztof KiéslowsKi.
https://youtu.be/cVaqLZmMf-k
En nuestra cultura occidental, el duelo está asociado a la pérdida de un ser querido, es motivo de dolor, recogimiento y tristeza.
Cierto es que se ha vuelto menos hospitalaria con el sufrimiento psíquico, al punto en que se fijan períodos cada vez más cortos para considerar el proceso como normal.
El tiempo que la persona necesita para elaborar el duelo es decir para procesarlo, es diferente y siempre necesita ser acompañado de una afección receptiva donde se pueda alojar. Hacerle un lugar a la expresión en el silencio, el llanto y la palabra.
El dolor se alivia cuando se puede compartir.
La sensación de vacío, ante la ausencia puede ser más o menos profunda en función del grado de dependencia psíquica con el lazo afectivo y las ilusiones de vida abortadas en esa relación.
–Elaborar el duelo implica un trabajo
-El de aliviar el dolor para reacomodar las piezas de un entorno que se ha
perdido.
-El de componer una nueva perspectiva en la mirada, sin la culpa y el
resentimiento que desgastan la energía vital.
-El darle sentido a la pregunta ¿que hago ahora con mi vida?
Los mecanismos psíquicos de negación, rechazo o anestesia junto a la intención de olvidar pronto y pasar página, pueden jugar inicialmente el papel de protección frente al shock recibido y la evitación consecuente del sufrimiento psíquico.
Identificar la presencia de estos mecanismos inconscientes, en qué medida pueden ser signos de un proceso de duelo patológico es tarea de un profesional de la salud mental.
Psicóloga Norma Ros
Colegiada 17432
En el abrazo, la confianza se estrecha con la desconfianza.
Cuando los celos se apoderan del amor, el amante queda a merced de una máquina paranoica de pensar. La memoria retiene todo: entrevé en cada detalle el signo de una terrible mentira.
Los celos condenan al amante al trabajo incesante de la interpretación.
Deleuze (1964) advierte leyendo a Proust que los celos componen la enfermedad posesiva del amor. Los celos fabrican un quien celoso ahogado en pensamientos que cree propios.
Los celos no se interesan por la verdad, su pasión reside en la sospecha.
La conjetura celosa practica la astucia y la imprudencia.
La paranoia hace creer que todo se maneja desde un lugar o una razón que permanece oculta.
Composición de fragmentos.Extraído de Marcelo Percia, sujeto fabulado I : notas – 1ºed.- Adrogue:Ediciones La Cebra,2014.
La vida en común no está amenazada por el miedo, sino por la desigualdad que oculta privilegios que lastiman. El Capital desprecia la vida que, sin embargo, necesita.
A veces, el miedo deviene pánico; otras, visión herida de lo inadmisible.
De pronto, nos damos cuenta de que la salud consiste en el olvido transitorio de un continuo estado de vulnerabilidad.
A veces, solo alivia el olvido… Abundan retóricas ensañadas y belicosas,que sostienen que el virus actúa por venganza o que estamos en guerra o que se trata de un enemigo invisible.
La vida en común no está amenazada por el miedo, sino por la desigualdad.
Percia Marcelo
Distancias decididas en común no merecen llamarse aislamientos
Distancias que cuidan suspenden contactos, pero no cercanías
Cuidar la vida, supone todavía algo más difícil: la común decisión de cambiar lo que la está dañando
El común cuidado no enlaza, no enreda, no demanda: solo está ahí, como disponibilidad que se hace presente cada vez que se la necesita
El común cuidado de cercanías que deciden protegerse con amorosas distancias, ¿puede gravitar más que vigilancias y controles?
Diferentes pestes arrasan la vida en común
Una, la enfermedad del miedo. Otra, la enfermedad de la indiferencia
Cuidados se entienden más con respetos que con miedos
Respetos saben que no tienen potestad sobre nada
El común reír -no la burla ni la ironía que lastima- ayuda a respirar
Marcelo Percia
…hasta que el abuelo se hizo cargo de tus miedos
AGUARDAS, reloj en mano:cuentas los segundos que separan al rayo del trueno, tras la ventana.
Eran pavorosas las tormentas de verano en el campo-sobre todo por la noche, cuando el cielo era una bóveda que parecía romperse y el viento arrojaba lúgubres zarpazos de lluvia negra contra las ventanas. Eran pavorosas esas noches. Y lo siguieron siendo hasta que el abuelo se hizo cargo de tus miedos y te explico el secreto de las tronadas, te habló de la velocidad de la luz y de la del sonido, te enseño a calcular a que distancia caían los rayos-te dijo que sólo en el justo centro el rayo iba acompañado del trueno. ¿Te advirtió también que su coincidencia exacta significaba inevitablemente la muerte-que significaba ser alcanzado por el rayo?Tal vez-en todo caso,ahora lo sabes. Ahora has visto el rayo y aguardas, contando los segundos que separan a lo que ya ha ocurrido de lo que va a ocurrir-calculas tu distancia.
Estás ahí,en suspenso.
Miguel Morey
Deseo de ser piel roja
Anagrama,1994.Barcelona